Amazing Thailand

Araceli Infante

Siempre quise ser periodista. Siempre quise ver otros mundos y contar otras realidades. El día que marché a estudiar la carrera mi madre me despidió igual que si me fuera a la guerra. Y en eso, en una trinchera, se ha convertido de alguna forma esta profesión que es, sin duda, la más bonita del mundo, pero también la más maltratada y, de alguna forma, la más prostituida.
 
Siempre he trabajado contando noticias. En informativos de madrugada, mediodía y noche. Primero 16 años en Telecinco y después en La Sexta. He aprendido de algunos de los periodistas más conocidos de este país, Hilario Pino y Vicente Vallés entre otros… Y de ellos espero haber interiorizado su profesionalidad y su respeto por la gente.
 
Siempre he amado los viajes. Tener la oportunidad de conocer a gentes de otras partes del mundo, de otras razas, de otras creencias, es una forma de recordar lo mejor del ser humano y de comprender lo cerca que en el fondo estamos los unos de los otros. Por eso ahora colaboro en varias publicaciones sobre turismo. Lo hago desde hace años.  Compatibilizar las dos cosas me encanta porque me ofrece una perspectiva diferente y me ha permitido explorar un poco más Asia, África y Latinoamérica. Ver leones en Zimbabue, pasearse por Isla de Pascua o aventurarse más allá de Cabo de Hornos son sensaciones que no se pueden explicar, ¡aunque lo intentamos!.
 
Viajar es mi estado natural de felicidad. Da igual que la comida esté fría, que los mosquitos te ardan o que el cansancio te pueda. Es el único lujo personal que tengo: atesorar vivencias para convertirme en alguien más tolerante y abierto. En Tailandia he sido muy feliz. Por eso me gusta tanto ese país, porque recordar cada uno de mis días allí es revivir los instantes de placer y felicidad de los que me alimento todo el año.